miércoles, 20 de marzo de 2019

Doro: 16 de marzo de 2019

Sólo ha habido una vez en mi vida en la que lo he pasado tan mal en un concierto, y la culpa no fue ni de los músicos, ni de la organización ni de la sala, sino de un virus gastrointestinal cortesía de mi hija. El caso es que las entradas fueron uno de mis regalos de Reyes y, para una vez que mi mujer también se apuntaba, pues no era cuestión de descartar el plan aunque no estuviera yo en mi mejor momento precisamente. Como le dije a mi cuñada: prefiero arrepentirme de haber ido que de haberme quedado en casa.


Dado que había que ahorrar energías, como la apertura de puertas estaba prevista para las 19:30 y que había un grupo telonero, calculé acertadamente que Doro no empezaría hasta las 21:00. Así que llegamos a la sala Mon (antigua Penélope, de aciago recuerdo para mí porque fue donde Ralf Scheepers de Primal Fear me engañó vilmente haciendo playback) pasadas las 20:00. Llegamos a tiempo de escuchar las dos últimas canciones de los teloneros, los suecos 'No Sleep For Lucy', bastante pop-rockeros para mi gusto (aunque a mi mujer le gustó lo poco que oímos).

El caso es que a mitad de la última canción los de la sala encendieron el nuevo sistema de ventilación, instalado durante la remodelación que trajo consigo el cambio de nombre y del que ya había leído en una reseña de Google, y por poco salimos volando. Qué exageración. Así que al final no estuvo mal llegar con cierta antelación a la actuación de Doro porque nos pudimos mover y encontrar un sitio donde no nos pegaba la ventolera tan directamente. Por desgracia, a pesar de que pasadas las 20:30 ya habían desmotado todo el equipo de los teloneros y estaba todo listo, hasta las 21:00 no salió a actuar la banda de la señorita Dorothee Pesch (tal y como predije). Siempre es un coñazo esperar mirando a las musarañas, pero cuando estás al límite de tus fuerzas, resulta crítico.
 

Eso sí, cuando la alemana salió a escena, acompañada de sus músicos habituales, lo dio todo desde el primer momento. Motivación tiene para dar y tomar. Y si además le sumas a que la pared del fondo del escenario es una pantalla en su totalidad, el efecto visual es magnífico. Bravo por la inversión de la sala.



Tras la primera canción nos hizo saber que iba a ser un concierto muy especial porque iba a haber sorpresas, un invitado especial y además lo iban a grabar (y en efecto un cámara estuvo rondando por el escenario durante la actuación). Para mí la primera sorpresa fue la inclusión en el repertorio de 'Earthshaker Rock', y no por novedosa sino porque había revisado los setlists de algunos shows anteriores y no me había parecido verla. Temazo que siempre se agradece. De todas formas, la primera sorpresa real fue que la propia Doro descargó generosamente un falso extintor durante la canción de su nuevo disco, 'Bastardos', hasta en dos ocasiones para arengar a las masas.


Después de otras dos canciones de la época de Warlock, la ineludible 'Burning the Witches' y la ochenterísima 'Fight for Rock', llegó otra sorpresa: para la canción 'The Night of the Warlock', publicada justo hace diez años, un miembro de su equipo abordó el escenario ataviado con una túnica negra con capucha, una vara y una máscara con una expresión bastante exagerada; para representar el papel del hechicero del que habla la canción.


Y después llegó la última sorpresa, el invitado especial: Tommy Bolan, guitarrista de Warlock durante el disco 'Triumph and Agony' de 1987, se unió a la banda. Dado que parece ser que vive en España, estuvo presente en los tres conciertos de esta gira en nuestro país. Y a partir de ahí comenzó el cuasi-monólogo del mencionado disco, salvo por un par de excepciones.


La verdad es que creo que Bolan no aportó demasiadas cosas positivas. Por un lado cayó en la sobreactuación, moviéndose exageradamente para el espacio que había disponible, y tratando de hacer solos locos de guitarra a la mínima ocasión (y no muy buenos precisamente, mi mujer y yo comentamos 'Éste se cree Marty Mc Fly'). Tal vez por eso su guitarra sonó a un volumen inferior a las otras dos durante casi todo el concierto, supongo que los de la mesa ya saben cómo se las gasta. Y, por otra parte, la imagen que dio moviéndose así con su sobrepeso rozó el ridículo. Por suerte los otros miembros de la banda supieron mantener el tipo y siguieron a lo suyo.


Como curiosidad, Doro se cambió la camiseta que llevaba debajo del chaleco de cuero durante el solo de batería de Johny Dee y se puso una blanca de Motörhead. Y es que nunca a ocultado su admiración por Lemmy, llegando incluso a colaborar juntos en alguna ocasión.


Éste fue el repertorio que interpretaron:

Raise Your Fist in the Air
Earthshaker Rock
Bastardos
Burning the Witches
Fight for Rock
The Night of the Warlock
East Meets West
Kiss of Death
Make Time for Love
I Rule the Ruins
Three Minute Warning
Solo de batería
Blood, Sweat and Rock ’n’ Roll
Für Immer
All For Metal
All We Are
Metal Tango
Touch of Evil

Creo que dejar Touch of Evil para el final no fue una buena idea porque a esas alturas Doro ya tenía la voz bastante cansada y no pudo imprimirle la potencia necesaria para hacer honor a la canción. O tal vez lo haga a propósito para no lastrar su actuación después del esfuerzo que supone gritar así, quién sabe.


Resultó bastante cómico ver a uno de los miembros del equipo perseguir a Doro por el escenario para que se pusiera una chaqueta con capucha mientras ella se la quitaba de encima porque quería seguir saludando al público. Al momento supimos que su insistencia se debió a que, nada más terminar la actuación, los músicos salieron directamente de la sala por la puerta principal en lugar de meterse al camerino. Y es que los autobuses en los que estaban haciendo la gira estaban aparcados ahí mismo.


Y eso fue todo. En cuanto acabó nos fuimos a casa escopetados porque yo ya no podía con mi vida. Milagrosamente conseguí sacar fuerzas para grabar estos tres vídeos:





viernes, 15 de marzo de 2019

Powerwolf + Amaranthe: 13 de enero de 2019

Qué ganas tenía de ir a este concierto y qué contento salí. Pero empecemos por el principio. Conocí a Powerwolf del mismo modo que he conocido otros grupos, por una recomendación de Youtube (me salió después de haber estado escuchando Sabaton), y reconozco que con su 'Army of the Night' me engancharon desde el primer momento.


Pues bien, después de dedicarles unas cuantas escuchas me dio por mirar sus conciertos programados y resultó que hacía bien poquito habían estado en La Riviera (abril de 2016) y, encima, con Battle Beast, otros que tengo pendientes en mi lista. Mi gozo en un pozo, a esperar. Y vaya si esperé, casi 3 años. Eso sí, he estado criando ganas más que de sobra.


En cuanto se anunció la gira del disco 'The Sacrament of Sin' en verano de 2018 compré rápidamente mi entrada por sólo 25€. Y es que, con la inflación que hay últimamente en el mundo de la música en directo (es casi imposible ver nada en, por ejemplo, el Palacio de los Deportes, por menos de 60 euros), el precio resultaba casi de risa. Además repetían recinto (que me viene de maravilla) y traían dos teloneros. Primero un grupo desconocido (Kissin' Dynamite) y después otro que también suele salirme recomendado por Youtube pero que no me acaba de entrar por el oído: Amaranthe.

Medio año después acudí puntual a La Riviera ya que, aunque la entrada de puertas estaba inicialmente prevista para las 18:30, por correo electrónico y a través de los medios de comunicación afines anunciaron que la adelantaban a las 17:30. Y es que, con todo el papel vendido, el proceso de cacheo exhaustivo que se hace hoy en día iba a llevar su tiempo. Al llegar mis sospechas se confirmaron porque ya había una cola descomunal que no paraba de crecer. En mi larga espera al menos pude admirar el espectacular bus de gira y ver a algunos miembros de Amaranthe salir de él para ir a comer (lo supe porque lo dijo una niña andaluza que estaba en la cola con sus padres y a la que animaron a ir a hacerse unas fotos con los músicos, porque yo no los conocía).


Decidí llevarme varias barritas de cereales con chocolate para picar algo durante los conciertos y, al ver que en la entrada se acumulaba un montón de comida abandonada porque estaba prohibido acceder con cualquier alimento o bebida, me las escondí en diferentes bolsillos (y sólo me encontraron una que tuve que dejar para poder entrar).

El primer grupo, los alemanes Kissin' Dynamite, empezaron cuando todavía faltaba bastante gente por entrar. Tocan un glam rock/metal ochentero que me recuerda mucho al estilo de la época buena de Bon Jovi. No había oído hablar nunca de ellos, pero hay que reconocerles que le ponen todas las ganas del mundo y que su concierto se me hizo muy ameno (aunque me repugnaron las pintas de uno de los guitarristas, que es hermano del cantante pero no se le parece en nada, porque derrochaba demasiada metrosexualidad).


Tocaron las siguientes canciones:

I've Got the Fire
Somebody's Gotta Do It
Highlight Zone
Love Me, Hate Me
Waging War
You're Not Alone
I Will Be King
Flying Colours


Tras una corta espera de rigor para los cambios necesarios en el escenario llegó el turno de Amaranthe, el ecléctico grupo sueco de metal inclasificable que, como dije antes, no me termina de entrar por el oído y, tras haber asistido a un concierto suyo, sigue sin hacerlo. Su mezcla de música electrónica (o bakalao de toda la vida) con heavy metal y guturales no es para mí. Mira que su vocalista femenina, Elyze Ryd, canta bien sus partes, pero no me es suficiente como para compensar lo demás.


De todas formas me parece que su propuesta es original y comprendo que haya mucha gente a la que le guste, de hecho es de agradecer que no sean una copia barata de Nightwish, Epica o Within Temptation porque, con una cantante así en sus filas, hubiera sido fácil seguir ese camino.


Éste fue su setlist:

Maximize
Digital World
365
1.000.000 Lightyears
Hunger
Amaranthine
GG6
Helix
Drop Dead Cynical
Call Out My Name
The Nexus

Y, finalmente, llegó la hora de los lobos. La espera desde que terminó Amaranthe hasta que empezaron fue bastante más larga que la que tuvimos que aguantar entre Kissin' Dynamite y los suecos porque los cambios en el escenario fueron numerosos (como por ejemplo quitar la batería que compartieron los primeros dos grupos y montar una doble escalinata central).


Tras apagar la luces y reproducir una de las intros con las que suelen empezar sus discos para crear ambiente, arrancaron fortísimo, tocando seguidas cuatro pepinazos, dos del último álbum y otras dos de los dos anteriores, parando entre ellas poco más que para darnos la bienvenida a la celebración de la misa del heavy metal.


Pronto me quedó claro quién es el gran animador del grupo: el teclista Falk Maria Schlegel. Siempre que no le toca aportar nada musicalmente, aprovecha para ausentarse de su puesto y arengar a las masas. Qué carisma tiene el tío y qué tute se lleva su estola, que es lo que tiene más a mano.
 

Teniendo al público ya entregado, llegó uno de mis momentos favoritos de la velada. Con una iluminación muy tenue, junto con lineas de fuego colocadas por el escenario, tocaron la magnífica balada "Let There Be Night".



El otro animador de la banda es el propio frontman, Attila Dorn, cuya voz es el mayor tesoro del grupo. Me da pena que esté tan gordo porque no me gustaría que algún día su salud le pasara factura. De todas formas, ahora mismo está impresionante, no me esperaba que fuera capaz de reproducir en directo lo que hace en el estudio, pero vaya si lo logra.



Entre los diversos numeritos que hicieron para enganchar a la audiencia estuvieron el pedirnos imitar la palmada multitudinaria que hacen los islandeses, gritando a la vez "Blood!" (el primer intento fue un desastre y Attila se descojonó de nosotros), picarnos para que gritáramos más alto comparándonos con el público de Barcelona (un clásico), sacar una bandera con el logo del grupo en medio de una canción (cortesía del hiperactivo Falk Maria) y partir la audiencia en dos para que compitiéramos gritando una mitad el nombre del vocalista y la otra (la mía) el del teclista (que nos lo recordaba a voz en grito, sin micrófono ni nada, y se le oía).


El momento solemne del concierto vino con la canción "Where the Wild Wolves Have Gone", en la que sacaron un piano de pared en mitad del escenario y mantuvieron un iluminación muy lúgubre.



Éste fue el setlist:

Lupus Daemonis (Intro)
Fire and Forgive
Army of the Night
Incense & Iron
Amen & Attack
Let There Be Night
Demons Are a Girl's Best Friend
Killers With the Cross
Armata Strigoi
Blessed & Possessed
Where the Wild Wolves Have Gone
Resurrection by Erection
Stossgebet
All We Need Is Blood
We Drink Your Blood
Lupus Dei

Bises:
Agnus Dei (Intro)
Sanctified With Dynamite
Coleus Sanctus
Werewolves of Armenia


Especial gracia me hizo Attila cuando presentó las canciones "Resurrection by Erection", explicando con el micro a qué se refería, y lo mismo para "Coleus Sanctus", aclarando que la canción veneraba la santa bolsa masculina... el escroto. Genio y figura.


Musicalmente hablando, a parte de sonar de maravilla, me llamó la atención la ausencia de bajista en la formación. Investigando a posteriori, descubrí que en los discos es uno de los dos hermanos Greywolf, los guitarristas, el que graba ese instrumento. Así que en directo se supone que lo tienen sampleado. Una pena, aunque siempre hace menos daño que samplear los teclados cuando son muy protagonistas en las melodías (como pasa con Sabaton o Beast in Black).


Y eso fue todo. El mejor concierto al que fui desde Avantasia en el mismo recinto, 3 años antes. Y es que los conciertos en sala tienen algo especial, se puede alcanzar una complicidad con el público que en recintos más grandes es imposible.

A continuación los vídeos que grabé:




















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