A pesar de los muchos meses que han transcurrido desde el último concierto al que asistí, los preparativos de mi boda han hecho que no se me hiciera largo el tiempo hasta este día. No hay que olvidar además que entre medias se celebró el segundo concierto de N.U.L.L., con lo cual no he estado en ayunas de heavy metal en mi vida.
Hacía un tiempo que venía oyendo hablar muy bien de la nueva formación de Accept con Mark Tornillo en el lugar del mítico Udo y, dado que los tres trabajos que llevan juntos superaron todas mis expectativas, en cuanto me enteré de que su gira pasaría por Madrid me compré una entrada sin pensarlo. No encontré ningún acompañante para acudir al evento, pero mi prometida se ofreció a ir conmigo a pesar de que le dije que no creía que el estilo de los alemanes fuera de su agrado. Por suerte me equivoqué rotundamente (también podría haberse escuchado algún disco antes del concierto, pero allá cada uno).
La verdad es que la fecha no era la más propicia porque faltaban tan solo dos semanas para nuestro enlace, pero cuando compré su entrada me pareció un plan ideal para relajarnos del previsible estrés de los preparativos. Cuando llegó el día los dos nos arrepentíamos de haberlas comprado porque creíamos necesitar hasta el último minuto de nuestro tiempo para seguir cerrando detalles, pero afortunadamente el espectáculo fue tan magnífico que cambiamos de idea.
A pesar de llegar a La Riviera casi media hora después de que hubieran abierto las puertas, todavía pudimos coger sitio en un palco lateral desde donde se veía el escenario a la perfección. Además estaba sonando la música de introducción de los teloneros cuando accedimos, así que pudimos ver su actuación completa. El grupo en cuestión se llamaba Damnations Day y eran de Australia. La verdad es que su estilo no me dijo mucho, posiblemente la baja calidad del sonido y la tristeza de su puesta en escena (no por su culpa, sino porque todo el atrezzo de Accept estaba tapado con lonas y la iluminación no lució nada, valga la redundancia) tuvieron bastante que ver. Aunque el frontman tenía buena voz y el guitarra solista me pareció contar con buena técnica.
Su rápido concierto dio paso a la siempre exasperante espera obligada mientras se llevaban todo el material de los australianos y montaban los tres micrófonos fijos de los alemanes. Debió ocurrir algún imprevisto, y es que cuando terminó la música que ponen para amenizar las esperas y tenía que salir el grupo todavía estaban colocadas las lonas. De hecho salió un operario a decir algo en alemán por uno de los micros de forma que todos pudimos oírlo (supusimos que quejándose del audio). La verdad es que se podían haber dado cuenta antes para no romper el ambiente, pero bueno, son cosas del directo.
Finalmente el problema pareció solucionarse porque otro operario retiró las lonas mientras comenzaba a sonar la intro de Stampede, el single del último disco, para que a continuación entraran corriendo al escenario Herman Frank, Peter Baltes y Wolf Hoffman (el auténtico líder del grupo sobre las tablas). Tras los primeros compases se les unió el maltratado Mark Tornillo para empezar a cantar (quiero decir que el tiempo le ha tratado muy mal porque parece el más mayor del grupo siendo el segundo más joven, sólo superado por el batería Stefan Schwarzmann). Como ya he dicho antes que su espectáculo fue sublime queda claro que sonaron como un cañón, aparte de que su escenario simple pero resultón acompañaba mucho.
En el uno-a-uno me decepcionó Herman por su pasividad, parecía un músico de sesión que apenas conocía a sus compañeros, pero cuando he sabido de su edad se lo he perdonado todo. Para Stefan sólo tengo buenas palabras porque demostró una fuerza y constancia dignas de alabar. Pero los tres mosqueteros del grupo son el trío Peter-Mark-Wolf, poniendo especial énfasis en el último. Esa carismática fusión de Don Limpio con Bruce Willis demostró un virtuosismo con su guitarra modelo Flying-V al nivel de los más grandes, aparte de ser capaz de encender al público simplemente poniendo expresivas muecas. Es la punta de lanza de un grupo que en absoluto echa de menos a Udo porque Mark le suple sin problema, su voz aguanta carros y carretas sin desfallecer en ningún momento. El único pero que le puedo poner es que en ciertos momentos clave se aleja demasiado el micro de la boca y en consecuencia se le oía menos de lo que me gustaría, aunque supongo que lo hace a propósito buscando algún efecto artístico.
El setlist fue muy generoso (21 canciones para unas dos horas prácticamente ininterrumpidas) y, al contrario de lo que suele pasar con los grupos veteranos, los nuevos temas me sonaron incluso mejor que los antiguos.
Stampede
Stalingrad
Hellfire
200 Years
Losers and Winners
London Leatherboys
Starlight
Dying Breed
Final Journey
Shadow Soldiers
From the Ashes We Rise
Restless and Wild
Ahead of the Pack
No Shelter
Princess of the Dawn
Dark Side of my Heart
Pandemic
Fast as a Shark
Bises:
Metal Heart
Teutonic Terror
Balls to the Wall
Stalingrad
Hellfire
200 Years
Losers and Winners
London Leatherboys
Starlight
Dying Breed
Final Journey
Shadow Soldiers
From the Ashes We Rise
Restless and Wild
Ahead of the Pack
No Shelter
Princess of the Dawn
Dark Side of my Heart
Pandemic
Fast as a Shark
Bises:
Metal Heart
Teutonic Terror
Balls to the Wall
Gracias a mi privilegiada y cómoda posición grabé casi medio concierto, todo lo que dieron de sí tres pares de pilas a medio usar en mi antigua y fiel cámara de fotos (la sigo usando porque es la que mejor micro tiene a pesar de su desfasada calidad de imagen, todas las nuevas que he probado se saturan a la mínima). Sólo me arrepiento de no haber grabado Final Journey, tema que en la versión de estudio ya me gustó pero que en directo me conquistó completamente.
Stampede + Stalingrad
Starlight
Restless and Wild
No Shelter (con batalla entre Peter y Wolf)
Princess of the Dawn
Fast as a Shark
Metal Heart
Teutonic Terror
Balls to the Wall
Así que en líneas generales sólo puedo decir que sin duda están viviendo una segunda juventud. ¡Me encantan los "nuevos" Accept!
No hay comentarios:
Publicar un comentario