Cómo me alegro de haber ido a este concierto. Estuve a punto de dejarlo correr por el precio y porque había visto a Nightwish hacía relativamente poco (2 años), pero la confirmación de Beast in Black como teloneros me hizo decidirme.
Al revisar el setlist que venían tocando los finlandeses en esta gira, llamada Decades por el 20 aniversario del grupo, me pareció algo mejor que el de la anterior gira, así que supuso otra buena noticia más.
Pero hablemos primero de Beast in Black, grupo fundado hace tres años por Anton Kabanen, genio creador expulsado de su anterior grupo, Battle Beast, por negarse supuestamente a permitir que el resto de miembros participaran en las labores de composición. Inicialmente puede parecer que le está bien empleado por su política dictatorial, pero la verdad es que es más común de lo que parece y, mirando las estadísticas, los mejores grupos son los que funcionan así (Nightwish, sin ir más lejos). Además, viendo los derroteros que están tomando las últimas obras de Battle Beast, creo que se está notando y mucho su ausencia.
Puede que no esté hablando desde la imparcialidad porque el primer disco de este grupo me ha encantado, pero su actuación me pareció magnífica. Sé que hicieron exactamente lo mismo que cuando telonearon a Rhapsody un par de meses atrás, pero su descarga de power metal de la vieja escuela gustó mucho al respetable. El nobel vocalista Yannis Papadopoulos dio la talla y se comió el escenario, sin parar de moverse y animar al público cuando no le tocaba desplegar su polivalente voz.
Este fue el setlist que interpretaron:
- Beast in Black
- Eternal Fire
- Blood of a Lion
- The Fifth Angel
- Born Again
- Ghost in the Rain
- Crazy, Mad, Insane
- Blind and Frozen
- End of the World
El otro componente que animó el cotarro fue el batería, Sami Hänninen, que no perdió la sonrisa en ningún momento y simuló en repetidas ocasiones tocar uno de los timbales con la cabeza. Además ejecutó un numerito con Yannis en el que ambos intentaban aplastar una lata de cerveza con la cabeza, en la que el griego salía mal parado debido a su falta de cabello.
Pero siempre tiene que haber un 'pero', por muy conforme que uno acabe con una actuación. El único punto flaco que le veo a este grupo es el mismo que se le puede achacar a Sabaton: la ausencia de un teclista. Su música se apoya mucho en los sonidos de los teclados como vehículo para las melodías principales y el hecho de que todo eso esté pregrabado le quita gracia en directo. Pero bueno, dado que las sintonías para este instrumento las compone el mismo Anton y este grupo está, como quien dice, arrancando, se puede entender que no quieran tener que repartir el escaso pastel entre otro miembro más.
Así que, después del estupendo primer plato que supusieron Anton y sus nuevos
secuaces, llegó la hora del plato fuerte del día. Me sorprendió que no
vendieran suficientes entradas como para abrir las gradas, pero supongo
que su reciente paso por el festival Leyendas del Rock, anunciado
falsamente como "única fecha en España", y que no había pasado demasiado
tiempo desde su última visita, pesaron bastante.
El concierto arrancó con una cuenta atrás en la magnífica pantalla gigante, seguida de unas instrucciones básicas, al estilo de las que daría una azafata en un avión, rogando no grabar con teléfonos móviles, que fueron bastante aplaudidas (yo no me doy por aludido porque grabo con una cámara compacta, jeje). Y el auténtico arranque musical vino de la mano del miembro más reciente en incorporarse al grupo, Troy Donockley, el multinstrumentista, tocando un fragmento de la relajante Swanheart.
Con la primera canción ya con el grupo al completo sobre el escenario pudimos comprobar que el despliegue pirotécnico iba a estar a la par que el visual, dejando ambos en muy mal lugar al que trajeron en 2016: hubo fuego y chispas para dar y regalar. Todo un gustazo.
Aparte de lo ya comentado, otra agradable novedad con respecto a su anterior visita fue que Floor, al no estar embarazada, pudo soltarse y darlo todo. No paró de bailar, hacer girar su melena y animar al personal cuando no le tocaba cantar.
Marco estuve enorme, como siempre, su voz nunca falla. Además, con su expresividad al cantar consigue que ni siquiera Floor pueda hacerle sombra a pesar de que su micro estático le obligue a tener que estar parado en el sitio. Y, para rematar, sacó una combinación de guitarra y bajo de doble mástil que yo nunca había visto antes.
Y detrás de Marco, el genio creador responsable del grupo, demostrando que la excusa que ponen desde Sabaton para no tener teclista en directo (que harían falta varios por la complejidad de sus composiciones) no se sostiene. Las orquestaciones de Nightwish son mucho más complejas y eso no resulta ningún impedimento para Tuomas, que simplemente configura varios teclados con todo lo necesario y los saca a escena, al igual que hace Christian Lorenz, de Rammstein.
El otro responsable de llevar el peso melódico instrumental del grupo es Emppu Vuorinen, el pequeño pero capaz guitarrista, que no se amilana ante ningún solo por difícil que sea, sacándolos siempre adelante, aunque sin poder disimular el esfuerzo que le cuesta.
Otra prueba de que Floor no tenía que cargar con la responsabilidad de un embarazo fue que se permitió el lujo, durante un parón, de tomarse una copa de vino con Tuomas, que, por cierto, no se corta un pelo y le pega generosos lingotazos directamente a la botella en mitad de las canciones.
De quien no puedo decir gran cosa es de Jukka Nevalainen, el batería, que se mantiene muy en segundo plano y no llama la atención. De hecho no es el típico percusionista que exige su cuota de protagonismo con un solo de batería, cosa que agradezco porque no son precisamente mi pasión.
Este fue el repertorio:
- Dark Chest of Wonder
- Wish I Had an Angel
- 10th Man Down
- Come Cover Me
- Gethsemane
- Élan
- Sacrament of Wilderness
- Dead Boy's Poem
- Elvenjig (versión tradicional)
- Elvenpath
- I Want My Tears Back
- Last Ride of the Day
- The Carpenter
- The Kinslayer
- Devil and the Deep Dark Ocean
- Neo
- Slaying the Dreamer
- The Greatest Show on Earth
- Ghost Love Score
Como colofón nos regaron con una lluvia de confeti, recurso cada vez más habitual pero no por ello menos efectivo.
Finalmente, bajo esta última línea, los vídeos que grabé de ambos grupos:
Beast in Black:
Nightwish:
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