Sólo ha habido una vez en mi vida en la que lo he pasado tan mal en un concierto, y la culpa no fue ni de los músicos, ni de la organización ni de la sala, sino de un virus gastrointestinal cortesía de mi hija. El caso es que las entradas fueron uno de mis regalos de Reyes y, para una vez que mi mujer también se apuntaba, pues no era cuestión de descartar el plan aunque no estuviera yo en mi mejor momento precisamente. Como le dije a mi cuñada: prefiero arrepentirme de haber ido que de haberme quedado en casa.
Dado que había que ahorrar energías, como la apertura de puertas estaba prevista para las 19:30 y que había un grupo telonero, calculé acertadamente que Doro no empezaría hasta las 21:00. Así que llegamos a la sala Mon (antigua Penélope, de aciago recuerdo para mí porque fue donde Ralf Scheepers de Primal Fear me engañó vilmente haciendo playback) pasadas las 20:00. Llegamos a tiempo de escuchar las dos últimas canciones de los teloneros, los suecos 'No Sleep For Lucy', bastante pop-rockeros para mi gusto (aunque a mi mujer le gustó lo poco que oímos).
El caso es que a mitad de la última canción los de la sala encendieron el nuevo sistema de ventilación, instalado durante la remodelación que trajo consigo el cambio de nombre y del que ya había leído en una reseña de Google, y por poco salimos volando. Qué exageración. Así que al final no estuvo mal llegar con cierta antelación a la actuación de Doro porque nos pudimos mover y encontrar un sitio donde no nos pegaba la ventolera tan directamente. Por desgracia, a pesar de que pasadas las 20:30 ya habían desmotado todo el equipo de los teloneros y estaba todo listo, hasta las 21:00 no salió a actuar la banda de la señorita Dorothee Pesch (tal y como predije). Siempre es un coñazo esperar mirando a las musarañas, pero cuando estás al límite de tus fuerzas, resulta crítico.
Eso sí, cuando la alemana salió a escena, acompañada de sus músicos habituales, lo dio todo desde el primer momento. Motivación tiene para dar y tomar. Y si además le sumas a que la pared del fondo del escenario es una pantalla en su totalidad, el efecto visual es magnífico. Bravo por la inversión de la sala.
Tras la primera canción nos hizo saber que iba a ser un concierto muy especial porque iba a haber sorpresas, un invitado especial y además lo iban a grabar (y en efecto un cámara estuvo rondando por el escenario durante la actuación). Para mí la primera sorpresa fue la inclusión en el repertorio de 'Earthshaker Rock', y no por novedosa sino porque había revisado los setlists de algunos shows anteriores y no me había parecido verla. Temazo que siempre se agradece. De todas formas, la primera sorpresa real fue que la propia Doro descargó generosamente un falso extintor durante la canción de su nuevo disco, 'Bastardos', hasta en dos ocasiones para arengar a las masas.
Tras la primera canción nos hizo saber que iba a ser un concierto muy especial porque iba a haber sorpresas, un invitado especial y además lo iban a grabar (y en efecto un cámara estuvo rondando por el escenario durante la actuación). Para mí la primera sorpresa fue la inclusión en el repertorio de 'Earthshaker Rock', y no por novedosa sino porque había revisado los setlists de algunos shows anteriores y no me había parecido verla. Temazo que siempre se agradece. De todas formas, la primera sorpresa real fue que la propia Doro descargó generosamente un falso extintor durante la canción de su nuevo disco, 'Bastardos', hasta en dos ocasiones para arengar a las masas.
Después de otras dos canciones de la época de Warlock, la ineludible 'Burning the Witches' y la ochenterísima 'Fight for Rock', llegó otra sorpresa: para la canción 'The Night of the Warlock', publicada justo hace diez años, un miembro de su equipo abordó el escenario ataviado con una túnica negra con capucha, una vara y una máscara con una expresión bastante exagerada; para representar el papel del hechicero del que habla la canción.
Y después llegó la última sorpresa, el invitado especial: Tommy Bolan,
guitarrista de Warlock durante el disco 'Triumph and Agony' de 1987, se
unió a la banda. Dado que parece ser que vive en España, estuvo presente en los tres conciertos de esta gira en nuestro país. Y a partir de ahí comenzó el cuasi-monólogo del mencionado disco, salvo por un par de excepciones.
La verdad es que creo que Bolan no aportó demasiadas cosas positivas. Por un lado cayó en la sobreactuación, moviéndose exageradamente para el espacio que había disponible, y tratando de hacer solos locos de guitarra a la mínima ocasión (y no muy buenos precisamente, mi mujer y yo comentamos 'Éste se cree Marty Mc Fly'). Tal vez por eso su guitarra sonó a un volumen inferior a las otras dos durante casi todo el concierto, supongo que los de la mesa ya saben cómo se las gasta. Y, por otra parte, la imagen que dio moviéndose así con su sobrepeso rozó el ridículo. Por suerte los otros miembros de la banda supieron mantener el tipo y siguieron a lo suyo.
Como curiosidad, Doro se cambió la camiseta que llevaba debajo del chaleco de cuero durante el solo de batería de Johny Dee y se puso una blanca de Motörhead. Y es que nunca a ocultado su admiración por Lemmy, llegando incluso a colaborar juntos en alguna ocasión.
Éste fue el repertorio que interpretaron:
Raise Your Fist in the Air
Earthshaker Rock
Bastardos
Burning the Witches
Fight for Rock
The Night of the Warlock
East Meets West
Kiss of Death
Make Time for Love
I Rule the Ruins
Three Minute Warning
Solo de batería
Blood, Sweat and Rock ’n’ Roll
Für Immer
All For Metal
All We Are
Metal Tango
Touch of Evil
Creo que dejar Touch of Evil para el final no fue una buena idea porque a esas alturas Doro ya tenía la voz bastante cansada y no pudo imprimirle la potencia necesaria para hacer honor a la canción. O tal vez lo haga a propósito para no lastrar su actuación después del esfuerzo que supone gritar así, quién sabe.
Resultó bastante cómico ver a uno de los miembros del equipo perseguir a Doro por el escenario para que se pusiera una chaqueta con capucha mientras ella se la quitaba de encima porque quería seguir saludando al público. Al momento supimos que su insistencia se debió a que, nada más terminar la actuación, los músicos salieron directamente de la sala por la puerta principal en lugar de meterse al camerino. Y es que los autobuses en los que estaban haciendo la gira estaban aparcados ahí mismo.
Y eso fue todo. En cuanto acabó nos fuimos a casa escopetados porque yo ya no podía con mi vida. Milagrosamente conseguí sacar fuerzas para grabar estos tres vídeos:
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