Qué ganas tenía de ir a este concierto y qué contento salí. Pero empecemos por el principio. Conocí a Powerwolf del mismo modo que he conocido otros grupos, por una recomendación de Youtube (me salió después de haber estado escuchando Sabaton), y reconozco que con su 'Army of the Night' me engancharon desde el primer momento.
Pues bien, después de dedicarles unas cuantas escuchas me dio por mirar sus conciertos programados y resultó que hacía bien poquito habían estado en La Riviera (abril de 2016) y, encima, con Battle Beast, otros que tengo pendientes en mi lista. Mi gozo en un pozo, a esperar. Y vaya si esperé, casi 3 años. Eso sí, he estado criando ganas más que de sobra.
En cuanto se anunció la gira del disco 'The Sacrament of Sin' en verano de 2018 compré rápidamente mi entrada por sólo 25€. Y es que, con la inflación que hay últimamente en el mundo de la música en directo (es casi imposible ver nada en, por ejemplo, el Palacio de los Deportes, por menos de 60 euros), el precio resultaba casi de risa. Además repetían recinto (que me viene de maravilla) y traían dos teloneros. Primero un grupo desconocido (Kissin' Dynamite) y después otro que también suele salirme recomendado por Youtube pero que no me acaba de entrar por el oído: Amaranthe.
Medio año después acudí puntual a La Riviera ya que, aunque la entrada de puertas estaba inicialmente prevista para las 18:30, por correo electrónico y a través de los medios de comunicación afines anunciaron que la adelantaban a las 17:30. Y es que, con todo el papel vendido, el proceso de cacheo exhaustivo que se hace hoy en día iba a llevar su tiempo. Al llegar mis sospechas se confirmaron porque ya había una cola descomunal que no paraba de crecer. En mi larga espera al menos pude admirar el espectacular bus de gira y ver a algunos miembros de Amaranthe salir de él para ir a comer (lo supe porque lo dijo una niña andaluza que estaba en la cola con sus padres y a la que animaron a ir a hacerse unas fotos con los músicos, porque yo no los conocía).
Decidí llevarme varias barritas de cereales con chocolate para picar algo durante los conciertos y, al ver que en la entrada se acumulaba un montón de comida abandonada porque estaba prohibido acceder con cualquier alimento o bebida, me las escondí en diferentes bolsillos (y sólo me encontraron una que tuve que dejar para poder entrar).
El primer grupo, los alemanes Kissin' Dynamite, empezaron cuando todavía faltaba bastante gente por entrar. Tocan un glam rock/metal ochentero que me recuerda mucho al estilo de la época buena de Bon Jovi. No había oído hablar nunca de ellos, pero hay que reconocerles que le ponen todas las ganas del mundo y que su concierto se me hizo muy ameno (aunque me repugnaron las pintas de uno de los guitarristas, que es hermano del cantante pero no se le parece en nada, porque derrochaba demasiada metrosexualidad).
Tocaron las siguientes canciones:
I've Got the Fire
Somebody's Gotta Do It
Highlight Zone
Love Me, Hate Me
Waging War
You're Not Alone
I Will Be King
Flying Colours
Tras una corta espera de rigor para los cambios necesarios en el escenario llegó el turno de Amaranthe, el ecléctico grupo sueco de metal inclasificable que, como dije antes, no me termina de entrar por el oído y, tras haber asistido a un concierto suyo, sigue sin hacerlo. Su mezcla de música electrónica (o bakalao de toda la vida) con heavy metal y guturales no es para mí. Mira que su vocalista femenina, Elyze Ryd, canta bien sus partes, pero no me es suficiente como para compensar lo demás.
De todas formas me parece que su propuesta es original y comprendo que haya mucha gente a la que le guste, de hecho es de agradecer que no sean una copia barata de Nightwish, Epica o Within Temptation porque, con una cantante así en sus filas, hubiera sido fácil seguir ese camino.
Éste fue su setlist:
Maximize
Digital World
365
1.000.000 Lightyears
Hunger
Amaranthine
GG6
Helix
Drop Dead Cynical
Call Out My Name
The Nexus
Y, finalmente, llegó la hora de los lobos. La espera desde que terminó Amaranthe hasta que empezaron fue bastante más larga que la que tuvimos que aguantar entre Kissin' Dynamite y los suecos porque los cambios en el escenario fueron numerosos (como por ejemplo quitar la batería que compartieron los primeros dos grupos y montar una doble escalinata central).
Tras apagar la luces y reproducir una de las intros con las que suelen empezar sus discos para crear ambiente, arrancaron fortísimo, tocando seguidas cuatro pepinazos, dos del último álbum y otras dos de los dos anteriores, parando entre ellas poco más que para darnos la bienvenida a la celebración de la misa del heavy metal.
Pronto me quedó claro quién es el gran animador del grupo: el teclista Falk Maria Schlegel. Siempre que no le toca aportar nada musicalmente, aprovecha para ausentarse de su puesto y arengar a las masas. Qué carisma tiene el tío y qué tute se lleva su estola, que es lo que tiene más a mano.
Teniendo al público ya entregado, llegó uno de mis momentos favoritos de la velada. Con una iluminación muy tenue, junto con lineas de fuego colocadas por el escenario, tocaron la magnífica balada "Let There Be Night".
El otro animador de la banda es el propio frontman, Attila Dorn, cuya voz es el mayor tesoro del grupo. Me da pena que esté tan gordo porque no me gustaría que algún día su salud le pasara factura. De todas formas, ahora mismo está impresionante, no me esperaba que fuera capaz de reproducir en directo lo que hace en el estudio, pero vaya si lo logra.
Decidí llevarme varias barritas de cereales con chocolate para picar algo durante los conciertos y, al ver que en la entrada se acumulaba un montón de comida abandonada porque estaba prohibido acceder con cualquier alimento o bebida, me las escondí en diferentes bolsillos (y sólo me encontraron una que tuve que dejar para poder entrar).
El primer grupo, los alemanes Kissin' Dynamite, empezaron cuando todavía faltaba bastante gente por entrar. Tocan un glam rock/metal ochentero que me recuerda mucho al estilo de la época buena de Bon Jovi. No había oído hablar nunca de ellos, pero hay que reconocerles que le ponen todas las ganas del mundo y que su concierto se me hizo muy ameno (aunque me repugnaron las pintas de uno de los guitarristas, que es hermano del cantante pero no se le parece en nada, porque derrochaba demasiada metrosexualidad).
Tocaron las siguientes canciones:
I've Got the Fire
Somebody's Gotta Do It
Highlight Zone
Love Me, Hate Me
Waging War
You're Not Alone
I Will Be King
Flying Colours
Tras una corta espera de rigor para los cambios necesarios en el escenario llegó el turno de Amaranthe, el ecléctico grupo sueco de metal inclasificable que, como dije antes, no me termina de entrar por el oído y, tras haber asistido a un concierto suyo, sigue sin hacerlo. Su mezcla de música electrónica (o bakalao de toda la vida) con heavy metal y guturales no es para mí. Mira que su vocalista femenina, Elyze Ryd, canta bien sus partes, pero no me es suficiente como para compensar lo demás.
De todas formas me parece que su propuesta es original y comprendo que haya mucha gente a la que le guste, de hecho es de agradecer que no sean una copia barata de Nightwish, Epica o Within Temptation porque, con una cantante así en sus filas, hubiera sido fácil seguir ese camino.
Éste fue su setlist:
Maximize
Digital World
365
1.000.000 Lightyears
Hunger
Amaranthine
GG6
Helix
Drop Dead Cynical
Call Out My Name
The Nexus
Y, finalmente, llegó la hora de los lobos. La espera desde que terminó Amaranthe hasta que empezaron fue bastante más larga que la que tuvimos que aguantar entre Kissin' Dynamite y los suecos porque los cambios en el escenario fueron numerosos (como por ejemplo quitar la batería que compartieron los primeros dos grupos y montar una doble escalinata central).
Tras apagar la luces y reproducir una de las intros con las que suelen empezar sus discos para crear ambiente, arrancaron fortísimo, tocando seguidas cuatro pepinazos, dos del último álbum y otras dos de los dos anteriores, parando entre ellas poco más que para darnos la bienvenida a la celebración de la misa del heavy metal.
Pronto me quedó claro quién es el gran animador del grupo: el teclista Falk Maria Schlegel. Siempre que no le toca aportar nada musicalmente, aprovecha para ausentarse de su puesto y arengar a las masas. Qué carisma tiene el tío y qué tute se lleva su estola, que es lo que tiene más a mano.
Teniendo al público ya entregado, llegó uno de mis momentos favoritos de la velada. Con una iluminación muy tenue, junto con lineas de fuego colocadas por el escenario, tocaron la magnífica balada "Let There Be Night".
El otro animador de la banda es el propio frontman, Attila Dorn, cuya voz es el mayor tesoro del grupo. Me da pena que esté tan gordo porque no me gustaría que algún día su salud le pasara factura. De todas formas, ahora mismo está impresionante, no me esperaba que fuera capaz de reproducir en directo lo que hace en el estudio, pero vaya si lo logra.
Entre los diversos numeritos que hicieron para enganchar a la audiencia estuvieron el pedirnos imitar la palmada multitudinaria que hacen los islandeses, gritando a la vez "Blood!" (el primer intento fue un desastre y Attila se descojonó de nosotros), picarnos para que gritáramos más alto comparándonos con el público de Barcelona (un clásico), sacar una bandera con el logo del grupo en medio de una canción (cortesía del hiperactivo Falk Maria) y partir la audiencia en dos para que compitiéramos gritando una mitad el nombre del vocalista y la otra (la mía) el del teclista (que nos lo recordaba a voz en grito, sin micrófono ni nada, y se le oía).
Éste fue el setlist:
Lupus Daemonis (Intro)
Fire and Forgive
Army of the Night
Incense & Iron
Amen & Attack
Let There Be Night
Demons Are a Girl's Best Friend
Killers With the Cross
Armata Strigoi
Blessed & Possessed
Where the Wild Wolves Have Gone
Resurrection by Erection
Stossgebet
All We Need Is Blood
We Drink Your Blood
Lupus Dei
Bises:
Agnus Dei (Intro)
Sanctified With Dynamite
Coleus Sanctus
Werewolves of Armenia
Especial gracia me hizo Attila cuando presentó las canciones "Resurrection by Erection", explicando con el micro a qué se refería, y lo mismo para "Coleus Sanctus", aclarando que la canción veneraba la santa bolsa masculina... el escroto. Genio y figura.
Musicalmente hablando, a parte de sonar de maravilla, me llamó la atención la ausencia de bajista en la formación. Investigando a posteriori, descubrí que en los discos es uno de los dos hermanos Greywolf, los guitarristas, el que graba ese instrumento. Así que en directo se supone que lo tienen sampleado. Una pena, aunque siempre hace menos daño que samplear los teclados cuando son muy protagonistas en las melodías (como pasa con Sabaton o Beast in Black).
Y eso fue todo. El mejor concierto al que fui desde Avantasia en el mismo recinto, 3 años antes. Y es que los conciertos en sala tienen algo especial, se puede alcanzar una complicidad con el público que en recintos más grandes es imposible.
A continuación los vídeos que grabé:
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