jueves, 10 de abril de 2014

U.D.O. + Primal Fear - 31 de enero de 2014

El último día del primer mes de 2014 fue el día en el que Primal Fear me engañó. Me la colaron doblada y no me di ni cuenta.


Pero abordemos el asunto con propiedad, al fin y al cabo esto pretende ser la crónica de un concierto. Empecemos, como siempre, mostrando la prueba del delito:

 Logré que al evento me acompañara Sergio a.k.a. Gersio, compañero en N.U.L.L. que hace las veces de bajista. Como ninguno de los dos éramos fans ni de Bullet ni de Messenger (el cuarto grupo que no apareció originalmente en el cartel), especialmente por ignorancia, no nos molestamos en ser puntuales. Entramos en la sala Penélope cuando los suecos estaban tocando la última canción y me gustó bastante lo que escuché, así que lamenté no haber asistido a su actuación. Fue muy original su despedida, en la que levantaron las dos guitarras y el bajo y mostraron que en la parte de atrás llevaban pegatinas formando la frase BITE THE BULLET, una palabra por instrumento.

Aprovechando el movimiento de gente, tanto a la barra como al baño, nos acercamos al escenario y cogimos buen sitio porque, al haber dos columnas, una a cada lado de las tablas, en esa sala es complicada la visibilidad desde cierta distancia. Mientras esperábamos nos dimos cuenta de que en lado opuesto de la sala había un palco en el que estaban los músicos sentados en sofás tomando algo. El primero en ausentarse fue Ralf Scheepers, supongo que para ir calentando la voz. Y cuando todos hubieron bajado de allí me dispuse ilusionado a ver por cuarta vez a los que hasta entonces eran mi grupo alemán favorito. Dieron un concierto algo corto para mi gusto pero que disfruté bastante, aunque menos que otras veces. El repertorio fue:

Final Embrace
Alive & On Fire
Nuclear Fire
One Night in December
Unbreakable Pt. 2
When Death Comes Knocking
Chainbreaker
Fighting the Darkness
Bad Guys Wear Black
Metal Is Forever

El mejor sobre el escenario, aparte del siempre genial Randy Black aporreando la batería, fue Tom Naumann. En el momento de verle me chocó porque esperaba al último sustituto de Magnus Larsson, el griego Constantine (cuyo apellido no ha trascendido en ningún medio), así que al llegar a casa tuve que documentarme sobre ese veterano, simpático y bonachón guitarrista que aportó un soplo de aire fresco y que tan buenas migas hacía con Alex Beyrodt, que estuvo algo más apagado que de costumbre. Resulta que el rubio pelopincho era nada más y nada menos que uno de los miembros fundadores del grupo, así que encontré aún más motivos para alabarle.



Cuando terminaron Metal Is Forever ocurrió algo raro. El grupo se dirigió al backstage sin despedirse, como suele ser costumbre de toda banda antes de los bises, pero alguien les impidió marcharse porque se quedaron en fila india ante la puerta (ocupando medio escenario porque es bastante pequeño). Los que formaban la segunda mitad de la cola y por consiguiente no se enteraban de lo que pasaba mostraron su extrañeza ante la atípica situación y tuvieron que bromear ligeramente con el público para aliviar la tensión del momento. Finalmente las nuevas instrucciones se trasmitieron y, reculando un par de pasos, se colocaron de frente a la audiencia y realizaron su habitual elevación de brazos a modo de despedida. Fue el final de una actuación más decepcionante de mi vida, más incluso que aquella en la que un miembro de Jimmy Eat World que debía ir hasta las cejas de farlopa se precipitó al foso. Sin duda fue un problema de horarios, pero no por ello dejó de ser desilusionante porque nos quedamos sin escuchar la canción más cañera del nuevo disco, King for a Day.

En el intermedio volvió a haber muchísimo trajín de gente, así que fuimos al baño, pillamos bebercio y echamos un vistazo al merchandising disponible, pero no me convenció nada. Después tomamos posiciones para ver a U.D.O., pero esta vez nos quedamos bastante más lejos, pegaditos a las mesas de control, bajo el palco, decisión que al final resultó bastante acertada. Dado que la sala en esa zona tiene un desnivel y se dificulta la visibilidad del escenario, terminamos fijando nuestra atención en los técnicos que manejaban los paneles. Allí pudimos ver de primera mano lo trabajosa que es la labor del técnico de iluminación, que estuvo ininterrumpidamente pulsando y moviendo controles para encender, apagar y cambiar la intensidad de los focos. A su lado tenía una copia del setlist, así que se debía saber las canciones de arriba abajo de memoria, al igual que los propios músicos. Un trabajo en la sombra nada agradecido pero imprescindible.

Steelhammer
King of Mean
Future Land
A Cry of a Nation
Heart of Gold
They Want War
Never Cross My Way
Basta Ya
In the Darkness
No Limits
Mean Machine
Metal Machine
Go Back to Hell
Timebomb
Metal Heart (Accept)
Balls to the Wall (Accept)
Fast as a Shark (Accept)

De la propia actuación de U.D.O. poco puedo decir porque estuve más tiempo sufriendo por lo que me dolía la espalda (llevaba unos días arrastrando unas contracturas) y mirando al técnico de iluminación que al escenario. Mi principal comentario es que el grupo, ahora que se ha ido Stefan Kaufmann, parece una caricatura porque todos los instrumentistas deben tener como mínimo 20 años menos que el señor Dirkschneider, parecían el abuelo con sus nietos. Y además las diferencias de estatura rompían aún más la estética. Como curiosidad, tocaron una canción que se suponía que era en español, titulada Basta Ya, y de la cual no entendimos ni una miserable palabra. Lo mejor llegó al final, cuando tocaron las mejores canciones de Accept, cosa que yo ya sabía porque pude ver de primera mano el setlist.

A continuación dejo los vídeos que grabé. Aconsejo no perderse el texto que hay después de los mismos.







Tras todo lo dicho podréis pensar ¿y a santo de qué venían las amargas quejas del principio? La ausencia de bises en la actuación de Primal Fear no son para tanto, ¿no? Efectivamente ese no es el motivo de mi decepción. Lo que ocurrió fue que Ralf se valió de la deshonrosa técnica del playback para interpretar, si se puede llamar así, al menos dos de las canciones del nuevo disco. Si se escuchan con atención mis vídeos de los temas Alive & On Fire y One Night In December y se comparan con sus respectivas pistas del disco, se puede observar que en cuanto a voces son exactamente iguales. Incluso los coros, por lo que Mat Sinner tampoco se salva.

Lo más duro de todo es que lo descubrí gracias a gente que dejó comentarios en Youtube a los vídeos, porque para mis oídos el engaño pasó desapercibido. Desde entonces me siento estafado. No sé cuáles serían las razones que llevaron a Ralf y Mat a decidir perpretar semejante vileza, pero no me importan. Se rieron de todos los que pagamos religiosamente nuestra entrada para verles interpretar, no hacer teatro mientras suenan por los altavoces cosas grabadas. Si tenía la voz tocada o no es capaz de alcanzar en directo los tonos de esos temas hay que ser valiente y enseñar lo que hay. Muchísimos cantantes no logran reproducir en directo lo que logran en el estudio y no pasa nada, no se les deja de aplaudir por ello (véanse por ejemplo Tobias Sammet o James Hetfield).

Encima los medios especializados no tienen narices de hacerse eco para que el grupo no les dé la espalda y les siga concediendo estrevistas. Ya sabemos lo recorosos que son los músicos con respecto a las críticas. Después de esto mucho tendrá que cambiar la cosa para que se me vuelva a ver en alguno de sus conciertos. Cómo me alegré de no haber comprado nada de su merchandising.