jueves, 14 de abril de 2016

Avantasia: 12 de marzo de 2016

Nunca podremos estarle suficientemente agradecidos a Tobias Sammet el día que se le ocurrió la idea de montar Avantasia. Lo que seguramente empezó como un proyecto al que dedicar los tiempos muertos que tenía entre sus actividades con Edguy se ha terminado convirtiendo en un monstruo mucho más poderoso de lo que él jamás hubiera soñado.


Allá por noviembre de 2015 se anunció la fecha del concierto (se cumplía, y con creces, lo que el propio Tobias prometió en el Sonisphere de 2013, regresar en 4 años) y en una semana se vendieron todas las entradas, así que anunciaron otra para el día siguiente. Somos muchos los que pensamos que hubiera sido mejor trasladar el evento a otro recinto más grande, pero los organizadores tendrían sus motivos.

Como conozco de sobra La Riviera, en cuanto vi las fotos del escenario que llevaban en la gira supe que a duras penas cabría, y una vez mi mujer y yo lo vimos montado pudimos comprobar que faltaban algunos elementos, como un par de arcos que hubieran chocado con el juego de luces del techo.


 Entrando en materia, fue uno de los mejores conciertos a los que he ido, y llevo ya unos cuantos. Algo más de tres horas, sin teloneros y 8 cantantes (Tobias Sammet [Edguy], Michael Kiske [ex-Helloween], Jørn Lande [ex-Masterplan], Ronnie Atkins, Eric Martin [Mr. Big], Bob Catley [Magnum], Amanda Sommerville y Herbie Langhans; aunque podríamos incluir también al guitarrista Oliver Hartmann, que tiene sus estrofas en el tema The Watchmaker's Dream).


Un gran aliciente para mí fue ver por primera vez a Jørn Lande, y pude comprobar que su leyenda es bien merecida. A pesar de que la mezcla tuvo algunos fallos (algunas voces se oían más altas que otras, y lo mismo pasaba con las guitarras) y la manía que tiene de alejarse el micro de la boca, su actuación fue soberbia. Incluso en una ocasión pegó un grito fuera de micro cuando había un relativo silencio y pude escucharle perfectamente. De hecho Tobias le definió muy acertadamente como un striking viking en su presentación.


Podría deshacerme en elogios a Michael Kiske, pero creo que no aportaría nada nuevo. Simplemente es un gustazo poder disfrutar de su maravillosa voz en directo. Protagonizó una divertida anécdota cuando instó a Tobias a cantar Suspicious Minds y nos deleitó con el estribillo con una similitud pasmosa a la voz de Elvis, demostrando su amplio registro (de cuatro octavas, concretamente). El líder de Edguy no le siguió el rollo y simplemente dijo "Sometimes you sing so well that hurts... to me".
 

Por supuesto Tobias aprovechó la ocasión para dar sus típicos discursitos, aunque al ir con tanta compañía no se explayó tanto como otras veces, pero uno le salió especialmente rana. Después de que al batería Félix Bohnke le diera un mareo cuando llevaba 2 horas y media tocando, quiso compararlo con un gran deportista y puso como ejemplo a Cristiano Ronaldo, recibiendo una sonora pitada. Se quedó extrañado y nos preguntó si no éramos fans del Madrid, recibiendo una segunda pitada. ¿Atlético de Madrid?, insistió, y la tercera pitada fue más tenue. Y es que en este país mezclar heavy metal y deporte de élite no suele cuajar. También cabe resaltar las chorreras de sudor seco que tenía la casaca que llevaba, estaba claro que no le dio tiempo a lavarla después del concierto en Barcelona el día anterior.

 

Ahora voy con el resto. Amanda Somerville es una pedazo de cantante como la copa de un pino, pero como la inmensa mayoría de canciones están escritas para personajes masculinos, la pobre tiene menos protagonismo del que merece. Eric Martin se ve que como tiene poca carga de trabajo va sobrado y se permite bailotear todo lo que quiere. Ronnie Atkins, que es el Iggy Pop del metal, creo que es al que más se le ve disfrutar. No para de animar y se nota que lo vive, desde luego se ha ganado el puesto a pesar del regreso de Jørn Lande a la formación. Y para seguir con las comparaciones, de Bob Catley se podría decir que es el Raphael del metal. Para la edad que tiene rezuma profesionalidad por los cuatro costados y mantiene su voz envidiablemente bien, señal de que siempre ha cantado en su tono y sin intentar hacer virguerías que se acaban pagando con el paso de los años. Herbie Langhans fue la gran novedad, triunfó con su Draconian Love y también supo estar a la sombra de todos haciendo los coros con Amanda.


Por último, y para no marginar a nadie, no quiero cerrar sin mencionar a Sascha Paeth, excelente productor y guitarrista aunque por desgracia muy soso sobre el escenario, a Michael "Miro" Rodenberg, cuya labor a los teclados es fundamental, y a André Neygenfind, el olvidado pero imprescindible bajista.



El setlist:
Mystery of a Blood Red Rose
Ghostlights (con Michael Kiske)
Invoke the Machine (con Ronnie Atkins)
Unchain the Light (con Ronnie Atkins y Michael Kiske)
A Restless Heart and Obsidian Skies (con Bob Catley)
The Great Mystery (con Bob Catley)
The Scarecrow (con Jørn Lande y Michael Kiske)
Lucifer (con Jørn Lande)
The Watchmakers' Dream (con Oliver Hartmann)
What's Left of Me (con Eric Martin)
The Wicked Symphony (la mitad los cantantes)
Draconian Love (con Herbie Langhans)
Farewell (con Amanda Somerville y Michael Kiske)
Stargazers (la otra mitad de los cantantes)
Shelter from the Rain (con Michael Kiske y Bob Catley)
The Story Ain't Over (con Bob Catley)
Let the Storm Descend Upon You (con Jørn Lande y Ronnie Atkins)
Promised Land (con Jørn Lande)
Prelude + Reach Out for the Light (con Michael Kiske)
Avantasia (con Michael Kiske)
Twisted Mind (la mitad de los cantantes)
Dying for an Angel (con Eric Martin)

Bises:
Lost in Space (con Amanda Somerville)
Sign of the Cross / The Seven Angels (todos los cantantes)

Y, como siempre, para terminar os dejo los vídeos que grabé. Podréis observar que esta vez la calidad es sublime:







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