lunes, 31 de agosto de 2009

Metallica: 13 de julio de 2009

Esta va a ser de las entradas en las que menos voy a escribir pero sin ninguna duda la más completa de todas. Pero vamos a contar las historias como deben de contarse, desde el principio.

Nos remontamos a cierto día de septiembre del 2008, que es cuando salen a la venta las entradas. Dejé encargado al cantante de mi grupo, Antonio, la compra de 7 entradas. Yo no podía hacerlo porque tuve una reunión de trabajo. En un descanso de la reunión le llamé y le pregunté que si ya las había comprado, a lo cual me dijo que tanto el servicio telefónico como la venta por internet estaban saturados. Y ahí empezó mi pánico. Durante la reunión me estuve comiendo la cabeza pensando que me iba a perder a mis ídolos. Así que ni corto ni perezoso en el siguiente descanso encontré una wifi con el portátil, logré acceder al servicio de venta por internet y compré una entrada por si acaso Antonio ya había comprado las que le encargué, pero yo me aseguraba verles. En esto que se acaba la reunión, le llamo y me dice que sigue sin poder comprarlas. Así que me volví a meter, curiosamente me volvió a funcionar y compré las 6 que faltaban. Para mi desgracia, el sistema vende las entradas aleatoriamente, así que resultó que la primera entrada estaba en la otra punta del Palacio de los Deportes respecto a las otras seis. Es lo que pasa por hacer las cosas deprisa y corriendo: ¡¡el concierto al que más compañía he logrado y lo iba a ver otra vez solito!! Todo había sido culpa mía así que ahora me tocaba apechugar. Aquí está la famosa entrada:


Pasaron los meses y llegó el concierto. Y ya que lo iba a ver solito desde la grada se me ocurrió una brillante idea: llevarme la cámara de vídeo (la buena buena) para intentar grabar el concierto enterito. Siempre y cuando me dejaran pasarla, lo cual era un riesgo. Riesgo que quedó anulado porque convencí a mi hermano de venir conmigo hasta la cola para llevarse la cámara a casa en caso de que no me dejaran entrarla. Para convencerle sólo tuve que invitarle al concierto de Rammstein (maldito chantajista). Así que ahí me vi grabando el concierto entero, 2 horas con la cámara en alto, qué huevos los míos. Ya al salir busqué a mis colegas y al menos me fui acompañado a casa.


Pero grabar el concierto entero no fue todo. Aún faltaba el golpe de gracia para rematar la jugada. Por desgracia el micro de esa cámara es muy malo y ante mucho ruido se satura y la pista de sonido es criminal, pero como Metallica pone a la venta el audio de todos los conciertos que hace no tuve más que comprar el concierto con la inestimable colaboración de mis acompañantes (9,95$ = 7,06€) y mezclarlo. Y aquí está el resultado:





































Como habréis visto no he dicho ni una palabra del concierto en sí, porque ¿para qué? Si está todo grabado. ¡Juzgadlo vosotros mismos!

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